Mallorca Shemale Escort Review: Fernanda Imperio, mi nueva diosa argentina
Autor: lagarto72
Hace una semana o dos, sabiendo que vendría a Madrid por un par de dias, me dediqué a mirar la oferta de chicas traviesas en este sitio. Pronto tenia preparado un trio de chicas que queria visitar, aprovechando mi estancia en la capital. La favorita, la primera que queria conocer, era Fernanda Imperio, argentina. Las fotos me habian puesto a cien y en los dias anteriores a mi llegada, habia imaginado como podria ser estar con ella. Me parecia preciosa. Así que sobre las dos de la tarde la llamé y me cité con ella para las cinco. Me indicó su dirección, ella esta en la Plaza del Angel, muy cerca de la Puerta del Sol y a cinco minutos del hotel donde yo me alojaba. Mejor imposible.
A las cinco en punto apreté el timbre del piso que me habia indicado y por el telefonillo me contestó una voz muy agradable que me invitó a subir. En el ascensor me entró un ligero tembleque, ya que estaba muy cerca de descubrir si ella era tal y como yo me la habia imaginado. Me abrió la puerta y al entrar en su apartamento me quedé impresionado. Ella era igual de guapa como en las fotos. Llevaba una faldita y me recibió con los pechos descubiertos. Era preciosa y parecia una mujer bio que irradiaba una sensualidad apabullante. Es algo mas pequeña que yo, yo midiendo 174 cm, delgada con un cuerpo de diez y unas tetas que ya les gustaria tener a muchas mujeres. Son igual que en las fotos.
Yo flipaba en multicolor. Esto pintaba bien. Nos saludamos con unos besos, creo que nos caimos bien al instante, y despues ipso facto, me ofreció algo de beber. El apartamento esta muy bien montado y muy limpio, cosa que me agradó muchisimo. En el salón estaban encendidas unas velas que desprendian un olor dulce y tranquilizante. Le pedí un agua y ya que yo me habia recién duchado en el hotel, en un plis plas nos metimos manos a la obra.
Fernanda me llevó al dormitorio y nos empezamos a desnudar mutuamente, o mejor dicho, ella a mí, ya que lo poquito que llevaba puesta ella se lo quité en un santiamén. Nos besabamos con fogor, su lengua jugando con la mia, lamiendome la cara y el pecho. Ya en esos primeros instantes sabia que habia acertado el pleno al quince. Era como estar con alguien que has conocido toda tu vida.
Despues de estar un rato besandonos y acariciandonos mutuamente, le retiré la braguita que aún llevaba puesta y me encontré con un pene precioso, aún flacido, que al instante me lo metí en la boca para que creciera en mi interior. Se puso duro en un instante, lo que tuvo el efecto de que mi polla se pusiera dura como una roca sin tener que tocarme. Se la estuve comiendo un buen rato, disfrutando de su prepucio que yo lamia con intensidad. Mi lengua subia y bajaba, lamiendo todo su rabo y sus pequeños pero sabrosos huevos. No me encontré ni un pelín, Fernanda estaba perfectamente depilada. Mientras se la comia mis manos tocaban su lindo culo. Pequeño, duro, perfecto. En eso estaba yo, cuando ella decidió que ya era hora de dedicarse un poquito a saborear mi organo y vaya si lo saboreó.
Fernanda se dedicó en cuerpo y alma a hacerme una de las mejores mamadas de mi vida, y eso que ya llevo mucha mili en la mochila, pero consiguió sorprenderme una vez mas. Su dulce boca se comia mi polla con una intensidad increible. No quiero ser bocazas, pero con 20 centimetros la tengo bastante bien y Fernanda se la trago todita y hasta el fondo, haciendome sentir un intenso placer que me hacia disfrutar sublimemente. Al cabo de un rato se puso de rodillas sobre mi y volvió a introducir su rabo en mi boca, cosa que yo agradecí con una intensa succión de su delicioso miembro.
Al cabo de un rato me susurró en el oido: “Quiero que me folles.” A lo que yo respondí levantadome y poniendomé de rodillas delante de su cara, mientras ella aún seguia tumbada de espaldas en la cama. Fernanda me colocó un condón con la boca sobre mi polla y siguió chupandomela durante unos minutos, hasta que yo ya no podia mas. Queria follarla, pero ya. Ella se sentó encima mia, introduciendo mi polla muy despacito en su culo, mientras su pene seguia erguido como una lanza. La penetré sin problemas y me deleité sintiendo su pene pegando dulces golpitos sobre mi vientre. Es de lo que mas me pone. Así estuvimos disfrutando el uno del otro y alternando nuestra copulación con intensos besos y lametazos de amantes enloquecidos. Cambiamos de posiciones un par de veces y Fernanda me preguntó si me podia follar ella a mi. Lo he probado un par de veces y nunca me ha gustado. Al reves, siempre que lo he probado me ha dolido de lo lindo. Pero Fernanda me lo propuso con tal dulzura y me prometió que no me iba a doler, que accedí a su propuesta. Pero no hay manera, coño. Mi ojete no esta hecho para esto y en cinco minutos le tuve que pedir que parara. Lo siento, pero conmigo el invento no funciona.
Ella seguia con la polla dura, pero me dijo que no se iba a correr, porque ya habia eyaculado tres veces, pero queria ver como me corria yo y se puso a chuparme y pajearme, hasta que so solté toda mi leche entre sus pechos con una satisfacción tremenda.
La experiencia con Fernanda fue tal, que casi me enamoro de ella. Es guapisima, simpatica y tan sensual que te roba los sentidos. Me fui de su casa como sobre una nube, completamente satisfecho y con una sonrisa de oreja a oreja. Despues estuvimos mandandonos mensajes por SMS mientras yo cenaba con unos clientes en un restaurante.
Como ya dije en mi introducción, yo tenia previsto ver a tres chicas diferentes, pero decidí que en los tres dias que iba a estar en Madrid volvería a estar con Fernanda. Me habia quedado loquito con ella. Y al dia siguiente, el miercoles, la volví a llamar. Quedamos para las dos de la tarde. Yo llegué a su portal un poco antes de las dos, para ser exactos, a las dos menos cinco. Llamé a su timbre y me contestó, que aún no eran las dos y que no le gustaba que la apurasen. Que no estaba lista, vamos y que me diera una vuelta. Jo, pensé, esto no es lo de ayer. Pues me dí una vuelta por la Plaza de Santa Ana y volví a su portal a las dos y algo. Volví a llamar al timbre, pero como la puerta estaba abierta decidí subir a su piso. Craso error, como iba a descubrir.
Llegué a su puerta, soné el timbre y ella me abrió. Pero esta chica no tenia nada que ver con la princesa que veinticuatro horas antes me habia alegrado el dia. Aunque estaba con sus pechos al descubierto, su mirada mataba y me soltó un chorreo que te cagas. “No me gusta que me apures y no te voy a atender.” Así, me montó en una frases el Dios es Cristo. Yo no entendia nada. Era esta la misma persona que me habia hecho ver el cielo solo un dia antes? Yo me disculpé, sin saber muy bien por que, ya que por llegar con cinco minutos de antelación nadie en su sano juicio monta en colera. Total, que le dijé: “Oyé, en serio, no me vas a atender?” A lo que ella me contestó, que nones y que me fuera poniendo pies en polvorosa. Yo me que pasmado. Era la primera vez que me pasaba algo así. Totalmente aturdido me disculpé y le dije que no habia sido mi intención meterle prisa ní nada, que solo queria estar con ella. Pero ná de ná. Que me pirará, me insistió. Bueno, me piré, con el rabo entre las piernas y con un disgusto impresionante. No me enteraba de nada. Y así volví a mi hotel con una cara de tonto que hasta el conserje me miro con extrañez.
El asunto no me dejaba tranquilo. Como era posible, que la misma chica que me habia tratado tan perfectamente el dia anterior, ahora me mandaba a tomar por saco y solo por haber llegado cinco minutos antes a la cita. Me tumbé un rato en la cama y despues de hechar una pequeña siesta decidí contactar con ella por SMS. Le mandé un mensaje, disculpandome una vez mas, y le pregunté si podria volver a verla. Al cabo de un rato ella me contestó que sí, pero que no me atendería por la maña, solo por la tarde. Yo le pregunté si podría ser esa misma tarde, sobre la seis, a lo que Fernanda asintió. No me enteraba de nada, ya que tan solo dos horas antes me habia mandado a freir esparragos. Pero bueno, mis ganas de estar con ella otra vez podian mas que el sentido común.
A las seis y tres minutos, por no cagarla otra vez, me presenté de nuevo en su casa. Me recibio con un aire de mala conciencia y me invitó a entrar en su apartamento. Yo le pregunté si aún estaba enfadada conmigo y a lo que ella me dijo que no. Al reves, esta vez fue Fernanda la que se disculpó conmigo. Me dijo algo como que por las mañanas solia estar algo transtornada y rara y que la habia pillado en un mal momento. “Bueno, pues nada. Olvidado está”, le contesté, con ganas de entrar en el asunto y ganar el tiempo perdido.
Resumo en pocas frases mi segunda experiencia con Fernanda. Despues del mal trago que pasé, volví a flipar con ella en la cama. Fue precioso disfrutar otra vez de ella, de su cuerpazo de diez y de sus intensos besos y sus dulces caricias. Total que volvimos a estar juntos otra horita, en la cual hubo de todo y esta vez si que se corrió, echandome toda su leche sobre mi pecho. Guaaaau.
Despues de la faena quedamos aún hablando un ratito de esto y aquello y os juro, que nunca he estado tan cerca de enamorarme de una trans. Nunca. A pesar del mal ratito que pasé, volveria a estar con ella sin dudarlo. Mira tu, alomejor hasta fue por ese trato que me dispensó, que me parecio mas honesta, que si me hubiera atendido de mala hostia. Vete tu a saber...
Hace una semana o dos, sabiendo que vendría a Madrid por un par de dias, me dediqué a mirar la oferta de chicas traviesas en este sitio. Pronto tenia preparado un trio de chicas que queria visitar, aprovechando mi estancia en la capital. La favorita, la primera que queria conocer, era Fernanda Imperio, argentina. Las fotos me habian puesto a cien y en los dias anteriores a mi llegada, habia imaginado como podria ser estar con ella. Me parecia preciosa. Así que sobre las dos de la tarde la llamé y me cité con ella para las cinco. Me indicó su dirección, ella esta en la Plaza del Angel, muy cerca de la Puerta del Sol y a cinco minutos del hotel donde yo me alojaba. Mejor imposible.
A las cinco en punto apreté el timbre del piso que me habia indicado y por el telefonillo me contestó una voz muy agradable que me invitó a subir. En el ascensor me entró un ligero tembleque, ya que estaba muy cerca de descubrir si ella era tal y como yo me la habia imaginado. Me abrió la puerta y al entrar en su apartamento me quedé impresionado. Ella era igual de guapa como en las fotos. Llevaba una faldita y me recibió con los pechos descubiertos. Era preciosa y parecia una mujer bio que irradiaba una sensualidad apabullante. Es algo mas pequeña que yo, yo midiendo 174 cm, delgada con un cuerpo de diez y unas tetas que ya les gustaria tener a muchas mujeres. Son igual que en las fotos.
Yo flipaba en multicolor. Esto pintaba bien. Nos saludamos con unos besos, creo que nos caimos bien al instante, y despues ipso facto, me ofreció algo de beber. El apartamento esta muy bien montado y muy limpio, cosa que me agradó muchisimo. En el salón estaban encendidas unas velas que desprendian un olor dulce y tranquilizante. Le pedí un agua y ya que yo me habia recién duchado en el hotel, en un plis plas nos metimos manos a la obra.
Fernanda me llevó al dormitorio y nos empezamos a desnudar mutuamente, o mejor dicho, ella a mí, ya que lo poquito que llevaba puesta ella se lo quité en un santiamén. Nos besabamos con fogor, su lengua jugando con la mia, lamiendome la cara y el pecho. Ya en esos primeros instantes sabia que habia acertado el pleno al quince. Era como estar con alguien que has conocido toda tu vida.
Despues de estar un rato besandonos y acariciandonos mutuamente, le retiré la braguita que aún llevaba puesta y me encontré con un pene precioso, aún flacido, que al instante me lo metí en la boca para que creciera en mi interior. Se puso duro en un instante, lo que tuvo el efecto de que mi polla se pusiera dura como una roca sin tener que tocarme. Se la estuve comiendo un buen rato, disfrutando de su prepucio que yo lamia con intensidad. Mi lengua subia y bajaba, lamiendo todo su rabo y sus pequeños pero sabrosos huevos. No me encontré ni un pelín, Fernanda estaba perfectamente depilada. Mientras se la comia mis manos tocaban su lindo culo. Pequeño, duro, perfecto. En eso estaba yo, cuando ella decidió que ya era hora de dedicarse un poquito a saborear mi organo y vaya si lo saboreó.
Fernanda se dedicó en cuerpo y alma a hacerme una de las mejores mamadas de mi vida, y eso que ya llevo mucha mili en la mochila, pero consiguió sorprenderme una vez mas. Su dulce boca se comia mi polla con una intensidad increible. No quiero ser bocazas, pero con 20 centimetros la tengo bastante bien y Fernanda se la trago todita y hasta el fondo, haciendome sentir un intenso placer que me hacia disfrutar sublimemente. Al cabo de un rato se puso de rodillas sobre mi y volvió a introducir su rabo en mi boca, cosa que yo agradecí con una intensa succión de su delicioso miembro.
Al cabo de un rato me susurró en el oido: “Quiero que me folles.” A lo que yo respondí levantadome y poniendomé de rodillas delante de su cara, mientras ella aún seguia tumbada de espaldas en la cama. Fernanda me colocó un condón con la boca sobre mi polla y siguió chupandomela durante unos minutos, hasta que yo ya no podia mas. Queria follarla, pero ya. Ella se sentó encima mia, introduciendo mi polla muy despacito en su culo, mientras su pene seguia erguido como una lanza. La penetré sin problemas y me deleité sintiendo su pene pegando dulces golpitos sobre mi vientre. Es de lo que mas me pone. Así estuvimos disfrutando el uno del otro y alternando nuestra copulación con intensos besos y lametazos de amantes enloquecidos. Cambiamos de posiciones un par de veces y Fernanda me preguntó si me podia follar ella a mi. Lo he probado un par de veces y nunca me ha gustado. Al reves, siempre que lo he probado me ha dolido de lo lindo. Pero Fernanda me lo propuso con tal dulzura y me prometió que no me iba a doler, que accedí a su propuesta. Pero no hay manera, coño. Mi ojete no esta hecho para esto y en cinco minutos le tuve que pedir que parara. Lo siento, pero conmigo el invento no funciona.
Ella seguia con la polla dura, pero me dijo que no se iba a correr, porque ya habia eyaculado tres veces, pero queria ver como me corria yo y se puso a chuparme y pajearme, hasta que so solté toda mi leche entre sus pechos con una satisfacción tremenda.
La experiencia con Fernanda fue tal, que casi me enamoro de ella. Es guapisima, simpatica y tan sensual que te roba los sentidos. Me fui de su casa como sobre una nube, completamente satisfecho y con una sonrisa de oreja a oreja. Despues estuvimos mandandonos mensajes por SMS mientras yo cenaba con unos clientes en un restaurante.
Como ya dije en mi introducción, yo tenia previsto ver a tres chicas diferentes, pero decidí que en los tres dias que iba a estar en Madrid volvería a estar con Fernanda. Me habia quedado loquito con ella. Y al dia siguiente, el miercoles, la volví a llamar. Quedamos para las dos de la tarde. Yo llegué a su portal un poco antes de las dos, para ser exactos, a las dos menos cinco. Llamé a su timbre y me contestó, que aún no eran las dos y que no le gustaba que la apurasen. Que no estaba lista, vamos y que me diera una vuelta. Jo, pensé, esto no es lo de ayer. Pues me dí una vuelta por la Plaza de Santa Ana y volví a su portal a las dos y algo. Volví a llamar al timbre, pero como la puerta estaba abierta decidí subir a su piso. Craso error, como iba a descubrir.
Llegué a su puerta, soné el timbre y ella me abrió. Pero esta chica no tenia nada que ver con la princesa que veinticuatro horas antes me habia alegrado el dia. Aunque estaba con sus pechos al descubierto, su mirada mataba y me soltó un chorreo que te cagas. “No me gusta que me apures y no te voy a atender.” Así, me montó en una frases el Dios es Cristo. Yo no entendia nada. Era esta la misma persona que me habia hecho ver el cielo solo un dia antes? Yo me disculpé, sin saber muy bien por que, ya que por llegar con cinco minutos de antelación nadie en su sano juicio monta en colera. Total, que le dijé: “Oyé, en serio, no me vas a atender?” A lo que ella me contestó, que nones y que me fuera poniendo pies en polvorosa. Yo me que pasmado. Era la primera vez que me pasaba algo así. Totalmente aturdido me disculpé y le dije que no habia sido mi intención meterle prisa ní nada, que solo queria estar con ella. Pero ná de ná. Que me pirará, me insistió. Bueno, me piré, con el rabo entre las piernas y con un disgusto impresionante. No me enteraba de nada. Y así volví a mi hotel con una cara de tonto que hasta el conserje me miro con extrañez.
El asunto no me dejaba tranquilo. Como era posible, que la misma chica que me habia tratado tan perfectamente el dia anterior, ahora me mandaba a tomar por saco y solo por haber llegado cinco minutos antes a la cita. Me tumbé un rato en la cama y despues de hechar una pequeña siesta decidí contactar con ella por SMS. Le mandé un mensaje, disculpandome una vez mas, y le pregunté si podria volver a verla. Al cabo de un rato ella me contestó que sí, pero que no me atendería por la maña, solo por la tarde. Yo le pregunté si podría ser esa misma tarde, sobre la seis, a lo que Fernanda asintió. No me enteraba de nada, ya que tan solo dos horas antes me habia mandado a freir esparragos. Pero bueno, mis ganas de estar con ella otra vez podian mas que el sentido común.
A las seis y tres minutos, por no cagarla otra vez, me presenté de nuevo en su casa. Me recibio con un aire de mala conciencia y me invitó a entrar en su apartamento. Yo le pregunté si aún estaba enfadada conmigo y a lo que ella me dijo que no. Al reves, esta vez fue Fernanda la que se disculpó conmigo. Me dijo algo como que por las mañanas solia estar algo transtornada y rara y que la habia pillado en un mal momento. “Bueno, pues nada. Olvidado está”, le contesté, con ganas de entrar en el asunto y ganar el tiempo perdido.
Resumo en pocas frases mi segunda experiencia con Fernanda. Despues del mal trago que pasé, volví a flipar con ella en la cama. Fue precioso disfrutar otra vez de ella, de su cuerpazo de diez y de sus intensos besos y sus dulces caricias. Total que volvimos a estar juntos otra horita, en la cual hubo de todo y esta vez si que se corrió, echandome toda su leche sobre mi pecho. Guaaaau.
Despues de la faena quedamos aún hablando un ratito de esto y aquello y os juro, que nunca he estado tan cerca de enamorarme de una trans. Nunca. A pesar del mal ratito que pasé, volveria a estar con ella sin dudarlo. Mira tu, alomejor hasta fue por ese trato que me dispensó, que me parecio mas honesta, que si me hubiera atendido de mala hostia. Vete tu a saber...
Added on April 08, 2020 at 12:00 am