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Relato Travesti Zilou en Gran Canaria


Mallorca Shemale Escort Review: Zilou en Gran Canaria

Zilou en Gran Canaria

Autor: zufra8

Era uno de esos dias en los que miraba con ilusión el catálogo en busca de alguna de aquellas travestis tan seductoras que suelo ver en el amplio abanico de posibilidades que ofrecen ciudades como Madrid o Barcelona. El caso en es que en esta ocasión me era más sugerente y descriptivo el relato que las fotos. Días antes me preguntaba si en mi islita llegaríamos a tener aquí a una travesti especial que para mí era un cóctel de morbo y elegancia. El morbo porque se trataba de una chica nueva en el anuncio y la elegancia por sus curvas y su altura.
Una semana atrás yo había hablado por segunda vez con una chica que conocía, de origen rumano, bastante dispuesta, con grandes y preciosos pechos. Le había propuesto en una ocasión mi ilusión de hacer un trío con ella y alguna travesti a lo que ella me dijo que podría ser, pero nunca fijamos fecha. Un día mirando el catálogo apareció. Me costó creerlo. Sí, parecía fantasía, pero era real.
La ví anunciada y nada más verla sentí taquicardia. Era Zilou.
Me dió un subidón y pronto anoté su número para llamarla. Fuí con la rumana y le propuse aquello del trío.
Quería sorprenderla con algo para ella hasta el momento desconocido, pero a la hora de la verdad me dijo con sinceridad que a la trans la iba a ver como una chica y que no se iba a sentir muy cómoda en esta situación.
Me sentí decepcionado. Había ido con la idea de que quizá ella querría experimentar algo nuevo, pero no fue así.
Al término de mi visita le dije: "pues te diré algo: "entiendo que no te guste la idea y agradezco que me lo hayas dicho abiertamente antes, pero... tú te lo pierdes", y me dispuse a disfrutar de una nueva experiencia sin depender de su decisión. Si no era trío, era dúo, pero pa´lante, a disfrutar.
Llamé a Zilou y su modo de atenderme al móvil me transmitió buen feeling. Me preguntó que en dónde había visto su anuncio y en dónde estaba yo. Le dije que la ví en taiaka y que yo estaba en Gran Canaria. Me indicó que llegaría al día siguiente por la mañana, así que quedamos en vernos la tarde del día en que llegaba.
La llamé al día siguiente como acordamos y tardó en contestar. Me dijo que estaba dormida, pero que se iba a preparar. Me explicó la dirección y calculando desde dónde estaba me llevaría una media hora llegar hasta su piso. Le dije que si le iba bien llegaría en ese tiempo.
Salí algo nervioso, pero ilusionado. Tenía buenas vibraciones. Algo me decía que valdría la pena. Llegando al centro comercial en busca de estacionamiento la fila de coches llegaba hasta las 2 rotondas más próximas.
"Por favor, pero ¿qué es esto? ¿Qué coño pasa hoy?", me dije. Me tuve que salir del barullo y buscar en otro parking en medio de la maraña del tráfico. Cuando por fin estacioné, de los nervios y la emoción de la cercanía del encuentro me dieron fuertes ganas de cagar y tiré para el baño a descargarme.
Salí caminando inquieto y llegué al lugar acordado. Era en un 4º piso. Había ascensor, pero no estaba dispuesto a correr el riesgo de tener la remota posibilidad de quedarme encerrado y sin polvo, con lo que hice mío el dicho de mi padre: "burro amarrado, leña segura". Subí despacio y cuando llegué me abrió la puerta con calma. Me hizo pasar y nos presentamos.
Es muy alta y elegante, aunque viéndola de cerca juraría que llevaba una peluca. Le pregunté cómo estaba y qué tal se sentía en Las Palmas y me respondió que bien, pero que apenas acababa de llegar.
Me dijo que era su primer cliente en la isla. Fuimos a la habitación y acordamos media horita.
Me invitó a completar la hora por 100 mientras me agarraba por detrás el culo y apretaba su cadera contra mí avisándome que se correría para mí si estábamos la hora, pero le dije que no tenía tanto y que hoy sería mi primera toma de contacto con ella esperando descubrir nuevas y buenas sensaciones.
Le pagué y salió un momento en lo que yo me quitaba la ropa. La recibí sentadito en la cama hasta que llegó.
Llegó y comenzó con besos en la boca lamiendo mis labios y entregándome su lengua.
No lo esperaba. Empezó decidida y calentando motores de una forma prometedora. Se abalanzó sobre mí y quedé tumbado en la cama.
Ella se acostó sobre mí. Yo iba de menos a más y mientras nos besábamos le tocaba el ojete del culo con la mano mientras ella gemía y me acariciba la polla sobándome por fuera sin quitarme todavía el calzoncillo.
Seguimos así unos minutos hasta que me desnudó mientras yo seguía tocándole cada vez más el ojete. Ella se excitaba y se sentó de rodillas en la cama quitándose la tanga ofreciéndome su polla como si de un preciado tesoro se tratase.
Nada más verla supe que por su tamaño habría de darle caña para llenarla, pero que valdría la pena.
Empecé poco a poco chupándole hasta que ella fué pidiendo más y más ritmo y se iba excitando mientras le crecía. No tardó el follarme la boca empujándome la cabeza contra la polla tratando de que me la tragara entera, pero ni de coña.
Me provocó varias veces y me dió arcadas por lo que le hice una señal de parar. La tiene larga, y lo pasaba bien, y aunque todavía la erección no era completa quise darme un respiro y empecé a agitársela con mi mano despacio con aceite lubricante con movimientos suaves desde la base hasta la punta y haciéndole círculitos en la misma punta del meato y el frenillo.
Le gustó tanto que fué pasando de ser una manguera a una larga barra de hierro. Se le puso bien dura. Entonces ahí me dije: ostiá... ¡¡vaya pollón!! y sin cortarme un pelo le dije: "ufff... me encanta tu polla... mira cómo te la he puesto" mientras la boca se me hacía agua. Estaba enorme. Entonces ella, caliente como perra y palpitándole de la excitación me agarró la cabeza con firmeza y me dijo: ¿te gusta mi polla verdad...? y mentiéndome toda en la boca me dice cachonda perdida "¡CHUPA UNA POLLA AFRICAAAANAAAA[! ¡¡Aquí tienes... TÓOOMA POLLA!! mientras me metía más y más aquello hasta la garganta excitada como un caballo en celo sabiendo que aquello no cabía, pero insistía e insistía queriendo ofrecerme toda aquella delicia como un premio a la sobada previa que le había dado, mereciéndose una nueva mamada mientras me volvían las arcadas de lo que ella hasta la garganta me zumbaba. "¡¡MIRATE EN EL ESPEJO CÓMO TE TRAGAS MI POLLA!!", me decía con voz cachonda.
Parecía muy acostumbrada a que cuando se le ponía así de dura todos (los clientes) nos quedábamos con sorpresa boquiabiertos tocando y contemplando su polla y que esto era a por lo que veníamos (Conocer en primera persona su enorme rabo).
Yo, por mi parte, me veía como un adolescente de 15 años embobado cayéndoseme la baba mientras se recrea con excitación con los enormes y preciosos pechos atrapados en el escote de una seductora profesora que constituían la fantasía del momento.
Tal fué así que la agarré con las dos manos (manos grandes) desde la base para ver hasta dónde era capaz de abarcarla a lo largo y me quedaban todavía unos 4 cm por fuera exponiendo al descubierto el glande y la punta.
Quiso devolverme la mamada y me la agarró pegándme unos buenos chupetones. Nos las estuvimos meneando el uno al otro.
No soy pasivo, pero vistas las circunstancias la ocasión lo merecía y, aunque con cierto miedo, le ofrecí empezar pasivo. Le dije que, por favor, fuera despacio.
No quería dolor, aunque me aliviaba el saber que era apta para el anal porque no era muy ancha.
Así que le puse otra goma y mucho lubricante y me pidió que me pusiera a cuatro. Intentaba meterla y me dolía mientras de repente se rompió de inmediato la goma, lo que supuso que diera un tirón y le dije que parara que no quería porque el dolor se hizo insoportable. Sentí un espasmo.
Me dolió muchísimo. Paró ella y se disculpó dándome besos para calentar de nuevo hasta que se me pasó el dolor.
Le dije que, mejor, yo pasara a activo porque estaba muy excitado y preparado para cuando ya se había ido el dolor, pero ella me insistió en que me quedara acostado boca abajo con las piernas cerradas transmitiéndome calma y confiaza.
Así la fué metiendo en varias ocasiones, aunque se salía con cierta facilidad quedándose entre el ano y los testículos.
Así hizo varios intentos hasta que decidió pedirme que me pusiera acostado, boca arriba con las piernas abiertas y hacia atrás sujetándolas con mis manos.
Así fué poco a poco empujando hasta que consiguió meterla y ya el dolor se iba.
A medida que la metía más y más se excitó como un toro y empezó con unas embestidas más profundas.
Entonces me hizo la pierna derecha hacia el lado izquierdo y empezó a meterla más y más fuerte. Ya me gustaba, me veía taladrado por aquella tía alta, elegante, caliente como animal y me daba más y más excitación.
Entonces cuando ví que la tenía sus caderas tan cerca con la nueva postura y el vaivén le dí una fuerte nalgada que con mirada cómplice por su parte me correspondió con un arreón enterrándome más la polla.
Le dí otro cachetazo más fuerte en la nalga producto de la calentura, el disfrute y la inexistencia de dolor alguno y más me daba y... otro cachetón... y otro pollonazo más. Yo estaba como un burro y nunca me había visto así penetrado y empalmado al mismo tiempo.
Entonces empecé a mastubarme con una mano y con la otra le iba nalgueando como un jinete con la fusta en los últimos 50 metros.
No quería que terminara aquello, pero la excitación ya era mucha y me el cuerpo me pedía orgasmo. Entonces, en una de esas me embistió despacio y hasta adentro y mientras me masturbaba con ese empuje me la clavó entera y mi excitación me hizo estallar en una corrida brutal que me hizo esparcir en un escopetazo toda leche justo bajo el pecho.
Yo estaba satisfecho. Me indicó dónde estaba el servicio y me ofreció una ducha, a la que accedí antes de vestirme.
Ciertamente la necesitaba, se quitó el condón y estaba en la punta bien cagado.Terminamos con nuestros cuerpos sudados, las bocas y las pollas babeadas y mi abdomen lleno de semen.
La ducha me sentó genial.
Le dije que me había gustado mucho y ella me preguntó que si entonces repetiría a lo que le respondí que sí, que próximamente.
Me preguntó que si me metía al foro y le dije que con frecuencia sí lo hacía y que en la próxima ocasión sería no para leer sino para escribir lo sucedido en un nuevo relato.
Conclusión: su implicación fue máxima.
Yo no esperaba tanto, pero es muy calenturienta y si le correspondes se pone como un semental. Con sus cualidades y ganas pude terminar satisfecho y completo.



Added on November 14, 2014 at 12:00 am

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