Mallorca Shemale Escort Review: Lorena Grossmen me domina
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Autor: badmotor2008
La venezolana Lorena Grossmen es una de las trans a las que quería conocer sí o sí en mi escapada a Madrid de hace un par de meses. Ella no trabaja demasiado fuera de la capital. Mi llamada días antes de viajar y su atención telefónica lo dejaron todavía más claro. Amable y simpática, respondió a mis preguntas con tranquilidad y seguridad. “Me adapto a todo. Soy viciosa, completa y dotada”... escucho encantado. Había un condicionante esos días, y es que hacía una salida relámpago a Barcelona para solucionar unas gestiones. Me dice cuando volverá a estar por Madrid para que podamos quedar. Su actitud demuestra interés, y eso que no nos conocemos. Contacto con ella ese mismo día y fijamos nuestro encuentro el día siguiente a primera hora de la mañana. Es mi último día en Madrid y más tarde no puedo quedar.
Día de la cita. Jueves, último día de marzo. Marco su número una hora antes y confirmamos el encuentro. Le recuerdo el servicio que me gustaría contratar. La primera vez que hablamos salió el tema de la ropa especial, la que luce en muchas de sus fotos. Sin pedirlo explícitamente, me siento incómodo haciéndolo, dejo caer que aquello me gustó. Ducha y traslado en metro hasta su piso. O'Donnell, buena zona. Llego con tiempo, localizo la finca y me doy un paseo por las calles de alrededor. Estoy algo nervioso y muy excitado. A la hora exacta de la cita, estoy en su portal. Marco su teléfono y me abre, indicándome el piso en el que me espera. Subo por las escaleras. Tras unos segundos en el rellano, sin necesidad de tocar al timbre, la puerta se abre. Entro y nos saludamos con dos besos. De primeras, me quedo impactado con Lorena. Por su latina belleza, por su estilizado cuerpo, y por la ropa que lleva puesta. Me invita a entrar en el cuarto, al que se accede desde el mismo vestíbulo.
Lorena va en plan dominatrix. Este tipo de ropa le queda como un guante. Ahí están sus fotos. Pero claro, en directo es todavía mejor. Botas negras con remaches plateados. Altísimas, por encima de sus rodillas. Con tacones. Por encima de las botas asoman unas medias negras. Tanga en el mismo color. Vientre y pechos a la vista. Tetas de tamaño medio, naturales y bien puestas. Pezones oscuros en punta. Prenda de látex ajustada al cuerpo, también negra, cubriendo hombros y brazos. Su rostro de facciones afiladas resulta muy atractivo. Labios bien carnosos. Pelo suelto en color rojo intenso. Va maquillada. Uñas perfectas pintadas en color fucsia. Explosiva. Es una chica muy guapa, algo que se aprecia en sus fotos. La encuentro algo más delgada en persona. Su altura, diría que entre 170 y 175 cm con botas.
El cuarto está limpio y en orden. Acogedor. Cama grande en el centro. En cuanto a la iluminación, me llama la atención el efecto de la luz violeta que viene del techo alterando la percepción de algunos colores. Por ejemplo, el fucsia de sus uñas se percibe blanco según como incida esa luz. Me recuerda a las luces de discoteca. Cuelgo mi chaqueta y me quedo mirando los juguetes que ha dispuesto sobre la cama: un látigo de tiras de cuero, unas esposas muñequeras con correas, una mordaza ajustable con pelota para tapar bocas, o un collar de perro con cadena. “¿Te asusta lo que ves?”... me dice. “Todo lo contrario. Me pone”... contesto. Si venía excitado, ahora lo estoy más. También nervioso. "Estás tremenda. Me encanta la ropa que llevas"... le digo. Ella sonríe aguantando la mirada. "Pues no has visto lo que escondo entre mis piernas"... añade. En vivo no, pero sí en fotos, pienso para mí. “Has tenido experiencias con chicas trans”... pregunta. “He tenido algunas”... respondo. "Mejor para mí"... añade ella. Se interesa también por mis límites en los juegos de dominación. Me pregunta si tolero el dolor o únicamente me pone la estética fetichista. Hablamos de ello mientras le ayudo a cubrir la cama con una tela. Vengo duchado y se lo he dicho. No he de pasar por el baño. El servicio se lo he pagado antes de que ella lo pidiera. Abre el portátil que hay en la mesita de noche y pone una peli porno. La verdad es que no me hace falta. Pero tampoco me molesta. "Bien. Vamos a jugar"... dice ella. “Desnúdate del todo”... escucho ya en plan autoritario. Lo hago y empieza la sesión.
Lo primero que hace es darme la vuelta y atarme las manos por mi espalda. Para ello, emplea las muñequeras con correas. Lo hace sin prisas, ajustándolas bien. Mi erección se dispara. "Mira como me has puesto y aún no hemos hecho nada"... le digo. Me gira y quedamos el uno frente al otro. De pie ambos. Empiezo a chupar sus pezones. Piel realmente suave. Solo puedo hacerlo unos segundos. “De rodillas en el suelo”... ordena. Se baja el tanga parcialmente y haciendo que la punta de su polla asome por arriba. La chupo. Baja el tanga más, dejando su herramienta expuesta. Zona perfectamente depilada. En estado de relax, su polla tiene un tamaño estándar. "Pónmela dura"... me dice. En cuanto la introduzco en mi boca, noto como crece. Adquiere volumen de inmediato. Coloca sus manos en mi cabeza y empieza a bombear. La saca, dura y tiesa. Me la enseña. Es enorme. Muy gruesa ya desde la cabeza. Polla de color oscuro y con las venas marcadas. Huevos colgantes, muy grandes también. Me la enchufa en la boca y vuelve a mover sus caderas. Al tiempo que me folla la boca, azota mi espalda con el látigo de tiras de cuero. Coge un bote de popper y lo abre. Lo acerca a mis fosas nasales para que inspire mientras sigo mamando. "Te irá bien"... me dice. Si me ayuda a dilatar, bienvenido sea, pienso para mí. Su follada de boca vuelve a coger ritmo. Muy profunda. Alucino al comprobar que puedo tragarme un pollón como el suyo entero. Estoy tan excitado que empalmo sin necesidad de tocarme. Sale y me enseña su rabo totalmente ensalivado. Me tiene babeando y de rodillas.
Abre un armario y coge un consolador, no muy largo pero bastante grueso. “¿Te gusta éste?”... pregunta en plan retórico. "Empiezas fuerte"... contesto sabiendo que hará lo que quiera. “Ponte a cuatro sobre la cama”... ordena. Le coloca un condón y lubricante. Lo introduce en mi culo con delicadeza y decisión. Es decir, poco a poco pero sin dejar de empujar. Agarra mi polla y masturba mientras lo hace. La tengo totalmente dura. Trabaja mi culo haciendo círculos, preparando el gran asalto. Me saca el pollón de plástico y decide liberar mis muñecas. Eso sí, a cambio ajusta el collar de perro de cuero a mi cuello. Sigo a cuatro patas sobre el colchón. Tira de la cadena llevándome hasta el borde de la cama. Ha llegado el momento. Enfunda, lubrica y decide conquistar mi culo desde atrás. Yo a cuatro y ella de pie junto al borde de la cama. Siento el contacto de su polla en mi agujero. Empuja con suavidad y se abre paso en mi culo. Sigue empujando hasta clavármela del todo. Increíble. El pollón más grande que me trago y no siento molestia alguna. Empieza a follarse mi culo estirando de la correa al hacerlo. La sensación de “ser suyo” me excita todavía más. Azota mis nalgas con su otra mano mientras me cabalga. Miro a la derecha y veo nuestros cuerpos reflejados en el espejo que hay sobre el cabecero de la cama. Lorena emplea sus manos mientras te folla. Azota, pellizca pezones y agarra mi polla para comprobar lo mucho que me pone su follada.
Deja de bombear y decide sacarla. Retira el condón y me la enchufa en la boca. Le encanta cuando se la comes. Y a mí hacerlo. Vuelvo a babear con su pollón entrando y saliendo. Se calza un nuevo condón y me tumba boca arriba. Levanta mis piernas y me la clava de frente. Bombea. Coloca mis pies sobre sus tetas y abre mis rodillas hacia fuera, formando una especie de rombo con ellas. Esto no me lo habían hecho antes. Me folla de manera deliciosa. Me siento lleno por completo. No sé como lo hace, pero empieza a chupármela al mismo tiempo que me folla. Tremendo. Sigue taladrando hasta que para de golpe. Está muy cachonda y no quiere acabar. La parada me viene genial porque yo también estaba a puntito.
Tras un rato quieta dentro de mí, la saca e iniciamos un 69 colocándonos de lado. Nos comemos mutuamente. Lorena la chupa de miedo. Boca grande y unos labios maravillosos. Yo alterno polla y huevos. A ratos la pajeo y disfruto visualmente de su mamada. Sus gemidos suben de intensidad y vuelvo a meterla en mi boca. “¿Dónde quieres que me corra?”... pregunta. Lo tengo claro. “La quiero en mi boca”... respondo. Agarra su pollón y se masturba a escasos centímetros de mi cara. Espasmos y primer chorro que impacta en mi cara. Envuelvo su polla entre mis labios para que no vuelva a pasar. Más espasmos y la agradable sensación de calor inundando mi boca. Saboreo y trago. La cantidad de leche es abundante. Me dice que hacía un tiempo que no se corría. Una vez recuperado el aliento, vuelve a chupármela con ganas. Se queda quieta con mi polla entre sus labios para que yo le folle la boca. Lo hago. Lorena es muy viciosa. Me lo dijo al teléfono. Disfruta tragando polla. De hecho, su pollón sigue duro. Lo agarro y pajeo. Lo meto en mi boca. Su manera de mamar me acerca al final. Aviso de que me voy a correr y ella sigue mamando. Aguanta un poco más y, como si supiera exactamente cuando voy a explotar, saca mi polla en el último instante para que me corra en su cara y en sus tetas. Mi corridón es tan generoso como el suyo. Orgasmo intenso de verdad. Bonita manera de comenzar el día.
Lorena me pregunta si quiero ducharme y digo que sí. Me da una toalla y me indica donde está el baño. A mi regreso, ella está tumbada en la cama. Me ofrece bebida y pido agua. Nos quedamos charlando en la cama. Es una chica maja. Al rato, se quita las botas para estar más cómoda. Por cierto, la única prenda que se ha quitado hasta este momento es el tanga. Me encuentro muy a gusto con ella pero tengo que irme. Me visto y me acompaña hasta la puerta para despedirme con dos besos. Espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse pronto.
Conclusiones.
Se han cumplido mis mejores expectativas con Lorena Grossmen. Había leído cosas buenas de ella. Sexy, morbosa y con una implicación espectacular. Su control de la situación es asombroso. Te lleva arriba del todo y sabe mantener la tensión sexual hasta el final. Califico mi primer encuentro con ella de sobresaliente. Hemos conectado a nivel personal y sexual. Una pena que no esté en mi zona. Tendré que ir más a Madrid.
Autor: badmotor2008
La venezolana Lorena Grossmen es una de las trans a las que quería conocer sí o sí en mi escapada a Madrid de hace un par de meses. Ella no trabaja demasiado fuera de la capital. Mi llamada días antes de viajar y su atención telefónica lo dejaron todavía más claro. Amable y simpática, respondió a mis preguntas con tranquilidad y seguridad. “Me adapto a todo. Soy viciosa, completa y dotada”... escucho encantado. Había un condicionante esos días, y es que hacía una salida relámpago a Barcelona para solucionar unas gestiones. Me dice cuando volverá a estar por Madrid para que podamos quedar. Su actitud demuestra interés, y eso que no nos conocemos. Contacto con ella ese mismo día y fijamos nuestro encuentro el día siguiente a primera hora de la mañana. Es mi último día en Madrid y más tarde no puedo quedar.
Día de la cita. Jueves, último día de marzo. Marco su número una hora antes y confirmamos el encuentro. Le recuerdo el servicio que me gustaría contratar. La primera vez que hablamos salió el tema de la ropa especial, la que luce en muchas de sus fotos. Sin pedirlo explícitamente, me siento incómodo haciéndolo, dejo caer que aquello me gustó. Ducha y traslado en metro hasta su piso. O'Donnell, buena zona. Llego con tiempo, localizo la finca y me doy un paseo por las calles de alrededor. Estoy algo nervioso y muy excitado. A la hora exacta de la cita, estoy en su portal. Marco su teléfono y me abre, indicándome el piso en el que me espera. Subo por las escaleras. Tras unos segundos en el rellano, sin necesidad de tocar al timbre, la puerta se abre. Entro y nos saludamos con dos besos. De primeras, me quedo impactado con Lorena. Por su latina belleza, por su estilizado cuerpo, y por la ropa que lleva puesta. Me invita a entrar en el cuarto, al que se accede desde el mismo vestíbulo.
Lorena va en plan dominatrix. Este tipo de ropa le queda como un guante. Ahí están sus fotos. Pero claro, en directo es todavía mejor. Botas negras con remaches plateados. Altísimas, por encima de sus rodillas. Con tacones. Por encima de las botas asoman unas medias negras. Tanga en el mismo color. Vientre y pechos a la vista. Tetas de tamaño medio, naturales y bien puestas. Pezones oscuros en punta. Prenda de látex ajustada al cuerpo, también negra, cubriendo hombros y brazos. Su rostro de facciones afiladas resulta muy atractivo. Labios bien carnosos. Pelo suelto en color rojo intenso. Va maquillada. Uñas perfectas pintadas en color fucsia. Explosiva. Es una chica muy guapa, algo que se aprecia en sus fotos. La encuentro algo más delgada en persona. Su altura, diría que entre 170 y 175 cm con botas.
El cuarto está limpio y en orden. Acogedor. Cama grande en el centro. En cuanto a la iluminación, me llama la atención el efecto de la luz violeta que viene del techo alterando la percepción de algunos colores. Por ejemplo, el fucsia de sus uñas se percibe blanco según como incida esa luz. Me recuerda a las luces de discoteca. Cuelgo mi chaqueta y me quedo mirando los juguetes que ha dispuesto sobre la cama: un látigo de tiras de cuero, unas esposas muñequeras con correas, una mordaza ajustable con pelota para tapar bocas, o un collar de perro con cadena. “¿Te asusta lo que ves?”... me dice. “Todo lo contrario. Me pone”... contesto. Si venía excitado, ahora lo estoy más. También nervioso. "Estás tremenda. Me encanta la ropa que llevas"... le digo. Ella sonríe aguantando la mirada. "Pues no has visto lo que escondo entre mis piernas"... añade. En vivo no, pero sí en fotos, pienso para mí. “Has tenido experiencias con chicas trans”... pregunta. “He tenido algunas”... respondo. "Mejor para mí"... añade ella. Se interesa también por mis límites en los juegos de dominación. Me pregunta si tolero el dolor o únicamente me pone la estética fetichista. Hablamos de ello mientras le ayudo a cubrir la cama con una tela. Vengo duchado y se lo he dicho. No he de pasar por el baño. El servicio se lo he pagado antes de que ella lo pidiera. Abre el portátil que hay en la mesita de noche y pone una peli porno. La verdad es que no me hace falta. Pero tampoco me molesta. "Bien. Vamos a jugar"... dice ella. “Desnúdate del todo”... escucho ya en plan autoritario. Lo hago y empieza la sesión.
Lo primero que hace es darme la vuelta y atarme las manos por mi espalda. Para ello, emplea las muñequeras con correas. Lo hace sin prisas, ajustándolas bien. Mi erección se dispara. "Mira como me has puesto y aún no hemos hecho nada"... le digo. Me gira y quedamos el uno frente al otro. De pie ambos. Empiezo a chupar sus pezones. Piel realmente suave. Solo puedo hacerlo unos segundos. “De rodillas en el suelo”... ordena. Se baja el tanga parcialmente y haciendo que la punta de su polla asome por arriba. La chupo. Baja el tanga más, dejando su herramienta expuesta. Zona perfectamente depilada. En estado de relax, su polla tiene un tamaño estándar. "Pónmela dura"... me dice. En cuanto la introduzco en mi boca, noto como crece. Adquiere volumen de inmediato. Coloca sus manos en mi cabeza y empieza a bombear. La saca, dura y tiesa. Me la enseña. Es enorme. Muy gruesa ya desde la cabeza. Polla de color oscuro y con las venas marcadas. Huevos colgantes, muy grandes también. Me la enchufa en la boca y vuelve a mover sus caderas. Al tiempo que me folla la boca, azota mi espalda con el látigo de tiras de cuero. Coge un bote de popper y lo abre. Lo acerca a mis fosas nasales para que inspire mientras sigo mamando. "Te irá bien"... me dice. Si me ayuda a dilatar, bienvenido sea, pienso para mí. Su follada de boca vuelve a coger ritmo. Muy profunda. Alucino al comprobar que puedo tragarme un pollón como el suyo entero. Estoy tan excitado que empalmo sin necesidad de tocarme. Sale y me enseña su rabo totalmente ensalivado. Me tiene babeando y de rodillas.
Abre un armario y coge un consolador, no muy largo pero bastante grueso. “¿Te gusta éste?”... pregunta en plan retórico. "Empiezas fuerte"... contesto sabiendo que hará lo que quiera. “Ponte a cuatro sobre la cama”... ordena. Le coloca un condón y lubricante. Lo introduce en mi culo con delicadeza y decisión. Es decir, poco a poco pero sin dejar de empujar. Agarra mi polla y masturba mientras lo hace. La tengo totalmente dura. Trabaja mi culo haciendo círculos, preparando el gran asalto. Me saca el pollón de plástico y decide liberar mis muñecas. Eso sí, a cambio ajusta el collar de perro de cuero a mi cuello. Sigo a cuatro patas sobre el colchón. Tira de la cadena llevándome hasta el borde de la cama. Ha llegado el momento. Enfunda, lubrica y decide conquistar mi culo desde atrás. Yo a cuatro y ella de pie junto al borde de la cama. Siento el contacto de su polla en mi agujero. Empuja con suavidad y se abre paso en mi culo. Sigue empujando hasta clavármela del todo. Increíble. El pollón más grande que me trago y no siento molestia alguna. Empieza a follarse mi culo estirando de la correa al hacerlo. La sensación de “ser suyo” me excita todavía más. Azota mis nalgas con su otra mano mientras me cabalga. Miro a la derecha y veo nuestros cuerpos reflejados en el espejo que hay sobre el cabecero de la cama. Lorena emplea sus manos mientras te folla. Azota, pellizca pezones y agarra mi polla para comprobar lo mucho que me pone su follada.
Deja de bombear y decide sacarla. Retira el condón y me la enchufa en la boca. Le encanta cuando se la comes. Y a mí hacerlo. Vuelvo a babear con su pollón entrando y saliendo. Se calza un nuevo condón y me tumba boca arriba. Levanta mis piernas y me la clava de frente. Bombea. Coloca mis pies sobre sus tetas y abre mis rodillas hacia fuera, formando una especie de rombo con ellas. Esto no me lo habían hecho antes. Me folla de manera deliciosa. Me siento lleno por completo. No sé como lo hace, pero empieza a chupármela al mismo tiempo que me folla. Tremendo. Sigue taladrando hasta que para de golpe. Está muy cachonda y no quiere acabar. La parada me viene genial porque yo también estaba a puntito.
Tras un rato quieta dentro de mí, la saca e iniciamos un 69 colocándonos de lado. Nos comemos mutuamente. Lorena la chupa de miedo. Boca grande y unos labios maravillosos. Yo alterno polla y huevos. A ratos la pajeo y disfruto visualmente de su mamada. Sus gemidos suben de intensidad y vuelvo a meterla en mi boca. “¿Dónde quieres que me corra?”... pregunta. Lo tengo claro. “La quiero en mi boca”... respondo. Agarra su pollón y se masturba a escasos centímetros de mi cara. Espasmos y primer chorro que impacta en mi cara. Envuelvo su polla entre mis labios para que no vuelva a pasar. Más espasmos y la agradable sensación de calor inundando mi boca. Saboreo y trago. La cantidad de leche es abundante. Me dice que hacía un tiempo que no se corría. Una vez recuperado el aliento, vuelve a chupármela con ganas. Se queda quieta con mi polla entre sus labios para que yo le folle la boca. Lo hago. Lorena es muy viciosa. Me lo dijo al teléfono. Disfruta tragando polla. De hecho, su pollón sigue duro. Lo agarro y pajeo. Lo meto en mi boca. Su manera de mamar me acerca al final. Aviso de que me voy a correr y ella sigue mamando. Aguanta un poco más y, como si supiera exactamente cuando voy a explotar, saca mi polla en el último instante para que me corra en su cara y en sus tetas. Mi corridón es tan generoso como el suyo. Orgasmo intenso de verdad. Bonita manera de comenzar el día.
Lorena me pregunta si quiero ducharme y digo que sí. Me da una toalla y me indica donde está el baño. A mi regreso, ella está tumbada en la cama. Me ofrece bebida y pido agua. Nos quedamos charlando en la cama. Es una chica maja. Al rato, se quita las botas para estar más cómoda. Por cierto, la única prenda que se ha quitado hasta este momento es el tanga. Me encuentro muy a gusto con ella pero tengo que irme. Me visto y me acompaña hasta la puerta para despedirme con dos besos. Espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse pronto.
Conclusiones.
Se han cumplido mis mejores expectativas con Lorena Grossmen. Había leído cosas buenas de ella. Sexy, morbosa y con una implicación espectacular. Su control de la situación es asombroso. Te lleva arriba del todo y sabe mantener la tensión sexual hasta el final. Califico mi primer encuentro con ella de sobresaliente. Hemos conectado a nivel personal y sexual. Una pena que no esté en mi zona. Tendré que ir más a Madrid.
Added on November 29, 2016 at 12:00 am